PARQUE NATURAL SIERRA DE GRAZALEMA
El ser humano ha sabido sobrevivir en estas sierras, formando parte del propio paisaje
La Sierra de Grazalema desde antaño ha ofrecido los recursos necesarios para que el ser humano pueda vivir en estas tierras. Oficios, algunos de ellos ya desaparecidos, que han dejado un patrimonio cultural de gran interés: neveros, carboneros y arrieros. Los batanes, molinos de harina o de aceite son buenos ejemplos del uso del agua como fuente de energía y recurso fundamental. Corcheros, queseros o curtidores representan aquellas profesiones tradicionales que aun se mantienen en activo y generan una importante riqueza para los pueblos del Parque Natural. Por ultimo, nuevas ocupaciones, como las piscifactorías y el turismo rural, aportan beneficios de gran interés de cara al futuro.
En este entorno y como parte de le, han crecido pueblos de calles estrechas y casas encaladas que se unen en la reconocida “Ruta de los pueblos blancos”. Sus habitaciones han salvaguardado con celo sus fiestas y tradiciones: el toro de cuerda, lo moro y cristianos, la crujida de los gamones, el corpus christi y otras muchas celebraciones que otorgan al paisaje de la Sierra de Grazalema un marcado carácter propio.
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